Vacuna contra el VPH: tragedia anunciada

Ya son más de 700 casos de niñas en Carmen de Bolívar que presentan síntomas de desmayo, dificultad para respirar y debilidad en la extremidades. ¿Qué tienen en común estas niñas? Todas fueron vacunadas con Gardasil, una vacuna que supuestamente ayuda a prevenir el cáncer del cuello uterino, el cual dicen que puede ser causado por el virus del papiloma humano.

Esta vacuna, tal como lo reporté cuando se anunció la campaña de vacunación en Colombia en enero del año pasado, (La vacuna que mata ) ha causado muertes, discapacidades y síntomas secundarios serios en todo el mundo. El gobierno japonés retiró su apoyo a la vacuna cuando se presentaron síntomas secundarios tales como dolor a largo plazo y entumecimiento entre las niñas que la habían recibido. En EE. UU., el gobierno ha pagado más de 6 millones de dólares a las víctimas de dicha vacuna. En la India, la vacuna fue suspendida debido a las muertes que allí ocasionara.

Las cifras a nivel mundial hablan de más de 246 muertes y decenas de miles de niñas que han tenido serias reacciones adversas a la vacuna. Lo de Colombia era una tragedia plenamente anunciada. El Congreso pasó una ley por la cual la vacuna se hacía “gratuita y obligatoria”. El Congreso no supo qué era lo que estaba aprobando ya que nunca investigó si esta vacuna tenía los efectos secundarios que de hecho tiene.

Ahora, el Ministro y el Viceministro de salud dicen, sin ninguna base científica, ya que no se ha hecho ningún estudio, que las reacciones adversas de las niñas de Carmen de Bolívar no están ligadas a la vacuna. Tan solo han sacado sofismas de distracción en los medios de comunicación, entre ellos: que las niñas estaban siendo afectadas por una tabla ouija, que compartían síntomas a través de medios sociales y ahora, después de que se han hecho unas pruebas iniciales, que las niñas sufren envenenamiento por plomo.

He aquí los hechos: La vacuna contiene un coadyuvante, aluminio, el cual si no es eliminado por el cuerpo en las primeras 48 horas de aplicación de la vacuna, puede causar serios problemas neurológicos. Los expertos que he consultado en los Estados Unidos, entre ellos, el investigador Lloyd Phillips, señala que esta vacuna fue hecha para personas con un sistema inmunológico perfecto (las cuales no existen) y que cualquier variación genética puede hacer que el aluminio presente en la vacuna sea imposible de eliminar, el cual después puede causar enfermedades autoinmunes en el organismo.

En el caso de las niñas de Carmen de Bolívar, el Ministerio de Salud está desviando la atención de la vacuna al buscar causas ambientales para los síntomas de estas niñas, tales como el envenenamiento por plomo, cuando en verdad deberían estar buscando la presencia de aluminio en la sangre, que es lo que contiene la vacuna.

Se trata de una verdadera cortina de humo, para no encontrar la relación entre el Gardasil y lo síntomas de las niñas. Ahora, se reporta, que un grupo de especialistas está valorando en Carmen de Bolívar si “la alimentación y la forma como se está cocinando en los tres colegios que presentan los mayores casos y en los hogares de las menores” están relacionados con los síntomas, según ellos, causados por intoxicación con plomo, ignorando por completo, que en Colombia se cocina en ollas de aluminio, lo cual es altamente perjudicial para la salud, y si además se está inyectando a las niñas con aluminio, tenemos entonces una combinación fatal.

Frente a esto, lo que los especialistas necesitan hacer es realizar pruebas con un grupo de control de niñas vacunadas sin síntomas y de niños y niñas que no fueron vacunados, frente a las niñas vacunadas, para medir los niveles de plomo en la sangre, para probar o descartar de esta manera si el envenenamiento por plomo es el causante de estos síntomas. Pero, si los especialistas, deciden a priori que la vacuna NO es la causante de los síntomas, que parece ser lo que está pasando, lo que estamos enfrentando más bien es el encubrimiento de un atentado contra la salud, disfrazado de vacuna. Ahora bien, los efectos negativos de la vacuna NO se reducen a Carmen de Bolívar, ya que ha habido casos de reacciones adversas ante la vacuna por todo el país: Medellín, Cali, Sincelejo, Bogotá, Codazzi, Valledupar.

En Bogotá se han tratado niñas afectadas por la vacuna, provenientes de diferentes partes del país. Algunas de ellas ya no podían caminar, tenían dolor en las coyunturas, dolores de cabeza, sangrado de las encías y otros síntomas debilitantes. Algunas de ellas presentaban un alto nivel de aluminio en la sangre, y tras un protocolo de detoxificación se han recuperado de algunos de los síntomas. Sin embargo, hay otro efecto secundario de la vacuna que está siendo investigado y del cual conocemos ya un caso concreto en Colombia: La esterilidad. Como reportara la endocrinóloga española, Carme Valls en un reportaje en El Espectador:

“Después ha habido casos de niñas que han quedado con insuficiencia ovárica posterior a la aplicación de la vacuna, es decir que han quedado menopáusicas a los 20 años. En España hay dos casos. En Estados Unidos hay un grupo especializado que tiene recopiladas las muertes por efectos secundarios de la VPH.”

El Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, miente descaradamente cuando afirma esto a la prensa, refiriéndose a la vacuna:

“Son casi 170 millones de dosis aplicadas en el mundo sin ningún riesgo para la salud”.

Según él, ¿las muertas nunca murieron, los Estados Unidos no está pagando dinero a las víctimas, la vacuna no ha sido rechazada en Japón, retirada en la India y no cursa una demanda en España contra el fabricante Merck y el equivalente de Minsalud de ese país? Y, ¿acaso, las niñas vacunadas que han sido tratadas en Marly y en San José no tuvieron los síntomas tras la aplicación de las vacunas ni se les encontraron también altos niveles de aluminio en la sangre, que es lo que contiene la vacuna? El Ministerio de Salud NO ha hecho ningún estudio científico acerca de la vacuna, si acaso repite que la vacuna es segura porque así se los dijo la Organización Mundial de la Salud. En resumen, van en contra de toda la evidencia empírica y científica, y mienten cuando dicen que no haya riesgos para la salud, ya que hasta el mismo fabricante, Merck, advierte de ciertos riesgos.

En verdad, es muy difícil que el gobierno colombiano admita públicamente que está cometiendo un crimen contra la salud de las niñas y jóvenes colombianas, ya que estamos hablando de un una vacuna que puede matar, dejar a las niñas con lesiones físicas permanentes y además esterilizar. Hay que exigir una moratoria inmediata en la aplicación de esta vacuna, porque entre más “exitosa” es su aplicación, más víctimas aparecen. Y, lo peor de todo, como lo expresara la madre de una de las niñas víctimas en Carmen de Bolívar, su hija llego a casa vacunada y enferma: A los padres ni a la niña se les preguntó si podían vacunarla, simplemente a ella y a sus compañeras las fueron vacunando, como si fueran ganado.

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